Faltan más o menos 20 minutos para las nueve de la noche. Un domingo poco común, y no tan extraño como anteriores. Me encuentro en mi cuarto....
¿Qué representa él para mi?; ¿Será un cuarto más entre el montón?; ¿Cuántas horas me paso en él?; ¿Al cuarto le doy vida o él me da vida?; ¿Qué compone mi cuarto?; ¿El cuarto soy yo?; ¿Él transmite lo que soy yo? o sea... ¿Es mi personalidad?
Muchas preguntas sobre mi cuarto, ninguna respuesta....
¿Cómo es mi cuarto?
Es una persona bipolar, y sus sentimientos los ejemplifica con el desorden o el orden. Nunca es sucio, siempre trata de mantener el orden, pero hay veces que se desborda. Al principio era muy tímido y no contenía objetos propios de la persona por ejemplo en sus paredes. Luego con el paso del tiempo, se fue llenando de color, de emoción, y hoy en día sus paredes están llenas de iconografías, objetos, fotos, adornos propios de su personalidad.
Siempre lleno de música, de distintos géneros, no hace fanatismo por algún género en especial. Algunos días es tranquilo y otros violento. Posee una armonía producto de las buenas ondas, y de su compañero infaltable: El piano, quien le da un apoyo increíble, y lo hace diferenciarse de muchos otros cuartos.
Tampoco nos podemos olvidar de sus amigos, los libros. Hay que variedad! Ellos forman a la persona y a su vez obviamente al cuarto. Los libros no están para juntar mugre, ni para ocupar espacio, sino para ser leídos... Un gran desfile de libros altos, bajos, gordos, flacos, recién nacidos, de la pubertad, viejos, históricos. El gran cuarto no hace discriminación alguna por nada ni por nada.
Éste cuarto invita a la reflexión, a la búsqueda de algo nuevo, a la expectativa del futuro. No hace lugar al aburrimiento, y todos los días cambia su esencia, su personalidad.
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