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lunes, 14 de marzo de 2011

Escrito del 12 de Febrero.


-El Destino De Las Hojas Blancas-

"Aquella hoja huérfana de lenguaje" Don Quijote

  
Ayer por la noche, en los últimos minutos del Doce de Febrero, (para ser más específico eran las 12:58 AM.), se me avecinó una idea. A ella le terminé dando forma y contenido en la madrugada del Trece de Febrero, cuando la Horario se posicionaba sobre el número dos, y la Minutero, a penas dio paso firme al número 32. Si hacemos cuentas, verán que tardé exactamente, una hora,  treinta y cuatro minutos. (En este relato ignoraré la existencia de los Segundos).

Empezaré explicando el nacimiento de aquella idea. Como el Cuándo, ya lo saben, me explayaré en el Cómo:

-Frente a mi escritorio, invadido por una revolución de hojas, donde el desorden y la diversidad son sus dos grandes banderas, encuentro una solitaria hoja blanca. El resto eran hojas pertenecientes a revistas, recortes de diarios, resúmenes de Economía, entradas de recitales ya vividos, garabatos productos de largas horas al teléfono,  recordatorios mata olvido, y una infinidad de variables más.

-Mi mirada se posó sobre aquella hoja huérfana de lenguaje: Solo ilustraba la nada; una simple despreocupación por mostrarnos o hacernos llegar algo. Así, se me plasmó una idea, o mejor dicho, un interrogante que terminó siendo el título de esta especie de relato (inspiración inmediata).


"Un lápiz que clamaba y hasta exigía,
una punta más fina" Don Quijote.




Sinceramente la Hoja Blanca, me transmitió angustia. Será por su incapacidad de cambiar, por su situación de dependencia con el escritor, dibujante, pintor, ama de casa, estudiante, y un sin fin de individuos aptos para intervenir en su ausencia de figuras y trazos.

Así, como cada objeto que nos rodea, las hojas blancas, se ahogan en las ganas de transmitirnos lenguaje. Nosotros tenemos el don, el compromiso de satisfacer esa necesidad. Cada uno, a cada elemento físico, le brinda sentimiento, le da identidad, le pone un rol, una finalidad.

Sin dudarlo, encontré entre esas torres centimetrales de hojas y libros, un lápiz que clamaba y hasta exigía, una punta más fina. Con él, empecé a poblar, sin vacilar, la ausencia de comunidad, anhelada por la ya no solitaria hoja blanca. Poco a poco se transformó en una contenedora de extensas líneas, llenas de ideas producto de su propia condena, ya saldada.

Inevitablemente, iba tomando identidad. Aquellas ganas fueron saciadas, y la Hoja Blanca victoriosamente cambió su apellido por Hoja Escrita.


Ahora hablemos de una Hoja Escrita:
"MI palabra" Don Quijote

Lamento comentarles, que nos encontramos en un pequeño gran dilema. (No fue mi intención transportarlos a un naufragio sin rumbo, a una dirección sin sentido. Pero mi imaginación nos jugó una mala jugada)

Una Hoja Escrita, tiene el poder de cambiarnos. (Entre esas alternativas menciono algunas como, el cambiarnos de humor, de pensamiento, de mundo,, entre otras). Pero nosotros fuimos quien cambiamos su apellido.

Aquí yo mismo, me siento confundido, y seguramente como no haya podido entender lo recientemente escrito: Veamos….

-Yo escribo, para que me leas, pero a la vez influyo en tu estado. Te transporto a mi mundo. Busco la forma de desconectarte del presente. Juego con tu imaginación, proyecto imágenes, sonidos en tu mente. Ahora te domino, te tengo acorralado con mi mejor arma: LA PALABRA.


Es maravilloso lo que se puede hacer dándole vida a una hoja. Es impresionante el universo literario. Es admirable la imaginación. Es confusa la interpretación,  pues cada uno tiene una lectura distinta, un pensamiento único.

Sobre esto último me aferro. Si te pareció entretenido leer esto, bien. Si te aburrió bien (perdiste tiempo en mí). Si te encantó, agradécemelo. Pero si no logré nada, pues bien…

Seguiré intentando…..

"Para Volar Hay Que Soñar" Don Quijote