Sensibles condenados a las injusticias. Necios vendiendo sueños desparramados por un mejor vivir. Rectángulos que condicionan nuestra forma de sentir. ¿Qué es eso del “visto”?; ¿Qué es eso del botón de pánico?. Sistemas minuciosos que acallan nuestras pasiones. Vulgaridad del Ser. Nos da miedo amar incondicionadamente. Nos da miedo el mismo miedo. Pero… ¿Miedo a quién?; ¿A qué?.
Gobernados por el relato, por la desinformación. Intereses de poder, gobiernan nuestro Ser. ¿Ser de qué?; ¿De quién?. ¿Somos historias que se escriben de ante mano?; ¿O somos historias que se escriben con la acción de cambio?. Interrogantes desubicados para vidas monótonas que no nos dejan pensar más allá de un sistema capitalista que todo neutraliza.
“Los sueños… sueños son. Eso, es una utopía”. “No vamos a poder ver los cambios”. ¿Qué me importa verlos?; ¿Qué me importa vivirlos?. Sino pensamos en el cambio nunca lo habrá, ni hoy ni mañana. Estamos condenados al positivismo del ganar-perder; resultados-conclusiones. Pero… si el ideal es el camino mismo y no el fin...
Somos Humanos que perdieron el sentido de Humanidad. Neutralizaron nuestro sentir. Descreemos de los valores de hermandad, solidaridad, confianza y amor. Le creemos más a un rectángulo de imagen y sonido que a la realidad que nos choca al caminar. Tenemos miedo de reconocer que NO SOMOS HUMANOS. Pues sino sentís, si sos autómata del sistema, de la rutina… ¿Qué sos? ¿En qué te convertiste?.
Exigimos más derechos, queremos más derechos. Pero nos olvidamos de exigir más inclusión. En fin…. Nos falta Humanidad.
Ni romántico, ni utópico, ni necio, ni filósofo. Simplemente Humano en busca de la Humanidad Perdida. Estamos a tiempo de caminar. Estamos a tiempo de cambiar. Somos universo, cambio, y pasión.
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Ezequiel Bilbao Fotografía
Ilustración de Lelo Carrique
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